Lo confieso. No me gusta cocinar. No, lo siento. A mí no me relaja estar ante los fogones dale que te pego. Es posible que a ti sí, bien por ti. Pero a mí, lo que me relaja es ponerme ante mi libretita o mi ordenador y escribir. Cada unx es como es, ¿no?
Desde hace meses resolvimos vetar de nuestra despensa los alimentos procesados, entre ellos, las galletas. Fue una decisión debatida y consensuada en familia, aunque, si te soy sincera, a mí me costó un poco. Soy golosa y, como tal, el dulce me encanta. ¿Alguna debilidad debía tener, no?
Ante dicha disyuntiva. Galletas procesadas sí, galletas procesadas no. La respuesta estaba clara. Así que sin previa meditación grité, ¡Ya me encargo yo! Y desde entonces, cada semana, elaboro unas deliciosas galletas, grandes y redondas con tropezones de chocolate, más conocidas como cookies.
¡Menudo faenón!, dirás
¿De verdad, es necesario?
Para mí, sí. Soy de las que piensa que la alimentación es fundamental para estar sanos. Nuestro cuerpo es un engranaje muy bien sincronizado en el que cada pieza es esencial y debe cuidarse. Y es que en nuestro organismo todo es importante.
Lo mismo le pasa a tu negocio. Cualquier elemento es crucial para hacer que se mantenga fuerte y saludable.
¿De verdad?
Y tanto que sí. Piénsalo bien.
Tu cerebro, siempre maquinando y organizando. Lo mismito que tú y tu equipo. Sin el órgano pensante tu cuerpo no tira, sin las personas con las que trabajas tu negocio no avanza.
Tu corazón, a todas horas bombeando y renovando tu sangre, podría ser la misión y visión de tu marca y también tus clientes. Sin ellos, nada circularía como es debido porque perderías el foco, la razón por la cual haces lo que haces.
Tus ojos y tu boca serían el marketing y la comunicación de tu marca. Órganos esenciales para saber en todo momento las tendencias del mercado y también para darnos a conocer y mostrarnos de la manera más adecuada, siempre en línea con lo que nuestro corazón nos marque.
¿Lo ves? ¿A qué parte de tu cuerpo renunciarías? ¿De qué órgano crees que tu empresa puede prescindir?
De ninguno supongo.
En un negocio, al igual que en el cuerpo humano, todas las piezas son imprescindibles. Debe ser un mecanismo bien encajado en el que todo y todos cuentan.
Sin embargo, algunas marcas creen poder prescindir de la comunicación, sin tener en cuenta que ello significaría quedarse ciego y mudo. Y para cualquier empresa, esto puede resultar desastroso.
Es por eso por lo que te animo a que abras bien lo ojos y te comuniques tanto como puedas. Da a conocer tu marca y deja que se exprese a través de los contenidos de tu web, blog y redes sociales.
¡Sácale el máximo provecho a tu cuerpo y a tu comunicación! ¡Que por ti no quede!
¿Qué opinas al respecto? ¿Qué papel juega la comunicación en tu negocio?
¿Quieres que te cuente más sobre los beneficios de la comunicación para tu marca?
P.D. En el próximo artículo te daré a conocer los ingredientes y la receta de mis superdeliciosas y sanas cookies. ¡No te lo pierdas!
Si te gusta, pásalo!
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