Con un boli no sé, pero con una imaginación desbordante seguro. Ya de pequeña me gustaba escribir, tanto era así que todavía ahora conservo diferentes cuentos escritos e ilustrados por mí. Relatos que espero que, en un futuro, mi hijo atesore amorosamente.
Tanta era mi pasión por la escritura que, en mi primera comunión, además de libros, pedí que me regalaran una máquina de escribir con la cual escribí algunas de mis historias. Algunas de ellas eran sobre las aventuras de un grupo de jóvenes que investigaban misteriosos sucesos. ¿Os suenan? ¡Me encantaban las historias de Los Cinco de Enid Blyton!
Este amor por las letras me llevó a estudiar Periodismo en Barcelona. Mi paso por la universidad abrió ante mí un mundo nuevo y al terminar la carrera me perdí un poco para centrarme en la tarea de sobrevivir por mi cuenta. No me arrepiento de nada, pues creo que de los errores se aprende y, además, he conocido a gente estupenda.
He dado muchos tumbos, he cogido unos cuantos atajos y me he creído algunas de mis propias excusas, pero… ¿quién no?
Ahora que soy madre, debo confesar que he madurado de manera acelerada y estoy muy orgullosa de ello. Y es que me creo con el deber de dar ejemplo. Quiero trabajar haciendo lo que me gusta. Y lo que me gusta es escribir y crear.
¿Cómo eres?
Siempre que me hacen esta pregunta no sé qué contestar, por eso les he preguntado a mis amistades para que sean ellas las que respondan por mí.
Según ellas, soy una persona tenaz y exigente, con gran sentido de la responsabilidad y la lealtad, muy trabajadora, luchadora, observadora y curiosa, sincera, con sensibilidad social, muy colaboradora y también un poco explosiva en ciertas ocasiones. La verdad es que sus respuestas me sorprendieron, pero si así lo creen… no seré yo quien les lleve la contraria… Gracias Roberto, Carol, Elisabeth, Silvia y Miriam por vuestra opinión.
Lo que sí que te puedo decir es que soy una persona inquieta, con muchas ganas de aprender y mucha iniciativa y creatividad. Estoy muy a favor de la escucha activa y las prácticas restaurativas. Soy una firme defensora de la necesidad de las marcas de humanizarse y de actuar de manera responsable, sin olvidar en ningún momento, algo tan importante como, la sinceridad, la ética y la coherencia. Y profeso un amor incondicional hacia el relato y sus bondades pedagógicas, motivadoras y emotivas.
¿Qué qué más? Pues nada, que soy una persona como cualquier otra. Tan única y tan universal como cualquiera. Con sus luces y sus sombras, igual que tú.