Son muchos los consejos que tanto durante el embarazo como con tu bebé ya en brazos te darán. Y muchas las dudas que te asaltarán tanto antes como después de haber dado a luz. Todo ello es normal. Yo, como mamá de un niño de casi 3 años, solo te daré un consejo. Uno nada más.
Únete a otras madres que estén en la misma situación que tú
Yo lo hice y, la verdad, es que todas ellas han sido de gran ayuda para mi. El apoyo de tu pareja, si la tienes, es esencial, no hay duda que como papá u otra mamá del retoño su amor y comprensión son una pieza fundamental. No nos olvidemos tampoco del respaldo de los abuelos ya que, si tienes la suerte de poder contar con ellos, pueden serte de gran ayuda. Sin embargo, tus cambios de humor, tus miedos y tus anhelos como madre solo los pueden entender otras mamás como tú. No nos engañemos, todo ese compendio de vivencias es difícil de comprender si no lo estás experimentando en el momento. Por eso, te animo a unirte a otras madres que vayan a dar a luz como tú o que tengan criaturas de la misma edad que la tuya porque, de este modo, juntas podréis contaros vuestras penas y vuestras alegrías y vuestros pequeños podrán interactuar entre ellos.
Todas en la misma situación
Hago hincapié en la idea de que las mamis con las que te juntes estén en la misma situación que tú porque, aunque también puede serte de gran ayuda entablar amistad con las madres de niños mayores que el tuyo, lo cierto es que estaréis en ondas distintas. Lo que tú estás viviendo, ellas ya lo habrán pasado, por lo que pueden tender a relativizar tus dudas y preocupaciones. Ellas ahora están en otra etapa y, a pesar de recordar tiempos pasados, ya no los tienen tan presentes como tú.
Juntarte con otras mujeres con tu misma realidad te permitirá no solo expresar tus sentimientos encontrados, ahora mismo tan ambiguos, sino también descubrir nuevas técnicas de crianza o distintas maneras de proceder ante una misma problemática. Por ejemplo, yo gracias a ellas descubrí que lo mejor para evitar que se le irritara el culito a mi bebé eran los polvos de Maizena o que la vaselina va muy bien para las pieles atópicas.
Más de tres, aquí no son multitud
Asimismo, aconsejo que el grupo de mamis sea de más de tres porque así siempre tendrás alguien con quien quedar. Ya sabemos que con un bebé es difícil, por no decir imposible, concretar una hora exacta de salida porque siempre suceden cosas: que si se ha hecho popo, que si ha sacado toda la ropa de tu cajón, que si…. Por ello, opino que cuanto mayor sea el número de mamis mejor, siempre teniendo en cuenta los principios básicos de las relaciones interpersonales y nuestro bienestar mental. Con lo primero quiero decir que el refrán de cuántas más mejor no siempre es cierto porque más personas en el equipo también suponen más malentendidos, más conflictos en el tú a tú. Debemos formar un grupo en el que todas estemos más o menos cómodas y exista una cordialidad. Asimismo, cuantas más seamos más mensajes por whatsapp y eso puede ser una auténtica locura llegando a perjudicar nuestro bienestar mental.
¿Esto es una tribu de crianza?
Sí y no. Sí, entendiendo que es un conjunto de madres que se reúnen para ayudarse y aconsejarse en la crianza de sus hijos e hijas. Y no, en su sentido más estricto, ya que una tribu de crianza es tanto para madres como para padres. Y, aunque en el grupo de madres no están vetados los padres, lo cierto es que no suelen estar presentes y, por una parte se agradece porque también es un momento nuestro en el que podemos hablar de nuestro gran apetito sexual o de su inexistencia y/o quejarnos o no del apoyo que nos brindan nuestras parejas. Asimismo, una tribu de crianza, por lo que he podido averiguar, se entiende más como una asociación que realiza charlas sobre la crianza y actividades diversas para los pequeños. En cambio, el grupo del que formo parte es algo más abierto, somos unas mamis que en su momento se juntaron porque se necesitaban y que con el tiempo han ido entablando una amistad. Si es cierto que nos juntamos como mínimo una vez a la semana e intentamos realizar actividades, pero vamos haciendo sobre la marcha.
Mi experiencia
Os explico mi caso. Al estar embarazada asistía a las clases de preparto que en el Centro de Atención Primaria (CAP) de mi población realizaban semanalmente. Allí fui estableciendo contacto con otras mujeres que al igual que yo iban a vivir una de las mayores experiencias de su vida. Tener un bebé.
Asimismo, en mi CAP también hacían talleres de postparto, más concretamente, de masajes para bebés y de lactancia. Tras el parto y el tiempo de cuarentena, asistí rigurosamente a todos porque, de ese modo, podía estar con otras madres y compartir mis preocupaciones con ellas también con la profesional que impartía el curso. Eran tantos los interrogantes que teníamos que la pobre matrona casi ni podía ni impartir la formación, la colapsábamos con nuestras preguntas.
Algunas mamis ya nos conocíamos del curso anterior, el que hicimos antes de dar a luz, y empezamos a entablar amistad. Tanto fue así que quedábamos para almorzar, o ir a pasear con nuestros pequeñines. En algunas ocasiones éramos tantas las que nos juntábamos que la gente al vernos pasar decía: “Mira, caravana de carritos.”
Desde entonces, ya han pasado casi 3 años, juntas hemos celebrado los cumples de nuestros hijos, una o dos veces a la semana un centro cívico nos dece una sala habilitada para juegos infantiles, de este modo, ellos juegan y nosotras hablamos tranquilamente; y una vez al mes intentamos salir a cenar todas juntas y sin nuestros retoños.
La verdad es que todas ellas han sido de gran ayuda para mí porque, aunque puede sonar muy típico y tópico, hablar ayuda y sentirse escuchada mucho más. Ser madre no es nada fácil, y aún menos si no tienes a nadie que te entienda y acompañe en este complicado camino de la maternidad. Por eso, te animo desde aquí a unirte a otras mamis como tú. Yo lo hice y ha sido, después de tener a mi pequeñín, una de las mejores cosas que he hecho.